Así, la mayoría de los sapitos empezaron a desistir. Pero había uno que persistía, pese a todo, y continuaba subiendo en busca de la cima.
La multitud continuaba gritando:"es muy difícil, no lo van a conseguir" y todos los sapitos se estaban dando por vencidos, excepto uno que seguía y seguía tranquilo cada vez con más fuerza. Finalmente fue el único que llegó a la cima con todo su esfuerzo.
Cuando fue proclamado vencedor muchos fueron a hablar con él y a preguntarle cómo había conseguido llegar al final y alcanzar semejante proeza. Cuál sería la sorpresa de todos los presentes al darse cuenta de este sapito era sordo.
¿Alguna vez has escuchado esta multitud como una voz dentro de ti?
¿Qué es lo que realmente te impidió conseguir aquel objetivo?
Y lo más importante...
¿Qué vas a hacer la próxima vez que la escuches?